dimarts, 8 de novembre del 2011

Mi inseminación (16): La tía cotilla que todos tenemos...

Otro ejemplo, de índole diferente: también hoy en día, seas hombre o mujer, en esto no hay distinciones, todavía hay que oír, en la boda de algún hermano, primo o amigo:
- ¿Y tú cuándo? - acompañado de un buen pellizco de mofletes por parte de la tía lejana, o cercana, que sólo ves por Navidades, que encima es soltera y no ha tenido hijos.
Pero como formamos parte de la generación que somos respetuosos con la gente mayor, callamos, forzamos una sonrisa y hacemos ver que nos llaman al móvil o que hemos visto un conocido que hacía siglos que no veíamos. Y entonces nos quedamos pensativos, reflexionando, y empezamos el famoso discurso que hace tiempo vamos preparando:
- Pero si yo estoy bien así. Tengo libertad, un buen trabajo, y mi madre aún me hace la cama. Mi padre me ayuda si no llego a final de mes y soy la mar de feliz – mal vamos cuando alguien dice que es feliz. Hay momentos de felicidad, pero cuando las personas tienen la palabra "felicidad" en la boca a veces significa que no se es mucho.
y un buen día lo llegas a decir de manera muy continua:
- Soy feliz así, estoy la mar de bien.
Y la tía de turno se te queda mirando como diciendo:
- Je, je, je, no te lo crees ni tú.
Y en la siguiente boda donde está la tía, has podido convencer a un amigo, bien, de hecho le has tenido que comprar el traje, que te acompañe, y la tía te dice, sin pensarlo:
- ¿No estabas tan bien de aquella manera?
Y te entran unas ganas de decirle de todo, pero recouerdas que somos la generación de los respetuosos con la gente mayor...

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