Estoy delante del espejo, pensando que, a los dieciséis años, me pintaba para salir con mis amigas: me pintaba los ojos, los labios, me ponía maquillaje para tapar el acné, colorete… Tengo que dejar de pensar en eso, porque lloro y no sirve de nada lo que estoy haciendo. Ahora tengo que ser muy cuidadosa a la hora de maquillarme. Si no, los moretones que me ha hecho J se notan mucho. A veces voy por la calle pensando: “¿Lo notarán? ¿O solo me miran porque tengo cara de cobarde, estúpida y mala madre?” Qué infierno me ha tocado vivir, pero tengo que aguantar. Por mi vida. Por mis hijos. Pero, ¿les estoy haciendo un bien? ¿Me lo hago a mí? Necesito ayuda, saldría a la calle a gritar que me ayudaran, que nos protegieran… Sé que hay ayudas, pero: ¿por dónde empiezo? ¿Y si es peor? ¿Y si no me hacen caso? ¿Y si me mata?
Ahora, teniendo al PP y a energúmenas como la Esperanza (que tiene cojones su nombre) lo único que queda es aquello de:
ResponElimina"Aguanta hija mía. Esto es una prueba que Dios te pone para que te ganes el cielo. Seguro que él no es tan malo. Debes saber perdonar..."
Es lo que tiene ser Nazionalcatólicos.
Fe la que quieras, derechos civiles los justos pa currar barato.