Bien, primer paso: pedir información. ¿Cómo lo haces? Puedes tener la gran suerte de haber tenido una beca en el departamento de tu facultad hace unos años sobre el tema de la familia y las técnicas de reproducción asistida, de haber transcrito las entrevistas, y de tener una buena información previa... siempre ajuda, ¿no? Pero no es lo frecuente.
Es más normal pedir información a las clínicas (a pesar de tener la información, que no deja de tener unos añitos). ¡Ah! Y no olvidemos que, a pesar de que todo el mundo sabe que no se tiene que hacer porque Internet está lleno de mentiras, se acaba entrando en el Google, buscando en los foros y leyendo sobre lo que opina la gente sobre esta o aquella clínica. Resultado: un montón de información contradictoria que no te lleva a ninguna parte. Y acabas como tendrías que haber empezado: pidiendo información a clínicas. Quieres hacer una cosa seria, que te cambiará la vida. Todo tiene que ser información rigurosa, porque la información errónea te puede hacer bailar la cabeza.
Como eres una persona ocupada y no tienes todo el tiempo del mundo (no olvidemos que estamos hablando de la generación "todo terreno”) decides enviar correos electrónicos a tres clínicas, las que te parecen las mejores, aunque a ti, por lo que sabes, sólo te gusta una. Esperas impaciente las respuestas, pero tampoco mucho, porque te responden todas el mismo día. Vas leyendo, en algún caso contestas alguna pregunta que te han hecho... y descartas de la manera más primitiva que tienes: como esta y aquella me han contestado con un correo que no cuadrava mucho con el anterior o me han enviado el mismo correo dos veces seguidas, esto quiere decir que no funcionan muy bien; y te quedas con tu primera opción, con la “tranquilidad” de haber utilitzado tu propio sistema de descartar, basado en la intición. Y esta, la intuición, sin saber muy bien por qué, formará parte de tu vida durante los meses siguientes, y quién sabe si durante años.
Una vez tienes el correo electrónico, viene un paso importante: ir a la clínica. Porque tú no quieres hacerlo como te dicen, que llames para pedir hora con tal o cual doctor. No, no... tú tienes que ir en persona, porque quieres ver las instalaciones, notar el trato humano. Y... ¡cómo no tendría que ser!... Vas con una amiga, que también busca un hijo, porque este primer momento lo tienes que compartir con una persona lo más sensible al tema posible; al menos, yo lo quise así. Más adelante no hace falta, vas tú sola, y muy orgullosa; pero en el primer contacto, mejor acompañado, ¿no?
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