En último lugar, buscas el apoyo en quien de verdad te importa: familia, amigos y algunos compañeros de trabajo. Ellos saben que ya lo has decidido y te apoyan, sin más historias ni tonterías.
- Aquí estaremos.
Y punto. Bien, quizás en la familia siempre hay un punto más a favor si resulta que has tenido una tía-abuela que hizo lo mismo que tú, no con inseminación, pero sí en lo querer ser madre soltera, querer tener un hijo sin la necesidad de tener un hombre al lado. He pensado muchas veces en la hermana de mi abuelo, cómo en aquellos tiempos tomó la decisión en una sociedad que repudiaba las madres solteras. Buscó un hombre que no le pudiera reclamar el hijo (casado, con hijos y comerciante, pocas veces más lo vería), cosa impensable hoy en día, en la era de las pruebas de paternidad (y del SIDA, usar este método hoy en día, con un prácticamente desconocido, podría significar una sentencia de muerte). Y muy bien que le fue a esta señora. Subió a solas un niño que ha llegado a ser un buen hombre en la vida. Muy orgullosos se han sentido el uno del otro.
¡Así que dicho y hecho! No hacía falta este tipo de indagaciones; de hecho, no buscas el visto bueno de los otros una vez decidido, pero sí empiezas a buscar reacciones, porque no dejas de hacer una cosa cada vez más habitual, pero que no entra dentro de “las normas sociales establecidas”, tan vigentes hoy en día.
Incluso todavía hay gente que se pone las manos a la cabeza y que tiene un poco de ignorancia sobre el tema. Inseminación, FIV, técnicas de reproducción asistida... no forman parte del vocabulario de todo el mundo. Se oye hablar en momentos puntuales en los medios de comunicación, pero hay mucha confusión en las técnicas. Yo misma me he encontrado corrigiendo a algunas personas, y diciendo:
- No, no, nada de probetas, ni de implantación de embriones, a mí me han hecho una inseminación artificial con semen de donante.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada