Una de las cosas que hice fue dejar de fumar. Empecé el proceso un año después de dejar de fumar. Es importantísimo hacerlo. Sólo necesitas que los médicos te asusten un poco y mucha fuerza de voluntad. Esto es lo importante. Querer hacerlo. Cuando tomas una decisión así, la de tener un hijo, tú pasas a un segundo término: lo importante es la salud de tu hijo. Y por muchas excusas que ponemos:
- Yo fumo poquito, y controlo.
- Si tan malo fuera, estaría prohibido.
- Hay gente que muere de cáncer de pulmón y no ha fumado en su vida.
... son sólo esto, excusas. Cuando me han preguntado si me costó mucho dejarlo, la verdad es que no. Creo que lo pasé mal una semana. El tiempo suficiente para pasar por una serie de situaciones (ir a tomar café, el pitillo hacia el autobús, el pitillo con tu madre o los amigos, etc.), hábitos rutinarios que coges cuando fumas. Después de esta semana, fui cogiendo un asco continuo hacia el tabaco. Me molesta su olor, el olor que deja en la ropa, el cabello, las habitaciones. Me molesta la gente que no tiene respeto cuando fuma. Y soy capaz de apartar el humo con la mano y meter cara de asco si alguien me echa el humo.
En definitiva, en ningún momento he dudado ni he pensado que me perdía otras cosas. Creo que es lo más claro que he tenido y tendré en la vida. Sé que habrá momentos duros, pero tengo un apoyo muy importante: la familia. Y, sobre todo, la fe en mí misma.
Está claro, además baja las posibilidades de quedarte embarazada en más del 50%...
ResponEliminaA mí me pone de especial mal humor cuando conozco chicas que, según dicen, harían todo lo posible por tener un hijo... pero no son capaces de dejar de fumar.
EliminaGracias!