Ayer estaba sentada con una amiga en el banco de un parque, mientras nuestras hijas jugaban. En el banco de al lado había tres mujeres teniendo una animada conversación: estaban criticando a sus nueras. Paramos nuestra conversación porque no dábamos crédito a lo que oíamos: que si les habían “robado” a sus hijos, que si eran malas madres, que siempre dejaban a sus hijos con canguros, que sólo les importaba el trabajo y salir con las amigas… que tenías a sus hijos desatendidos… ¡Señoras! ¿Cómo se puede ser tan mala persona? Las mujeres no roban a sus hijos: ellos escogen (o quizás huyen de una madre bruja). Y las mujeres tienen que hacer malabares para conciliar vida laboral y familiar, sobre todo cuando se acaba el tiempo permitido de reducción de jornada por hijo a cargo. Y no, señoras, no tienen a sus hijos desatendidos, porque ellos se pueden atender solos: a lo mejor algunos no serían tan inútiles si los hubieran educado mejor sus madres. Porque cuando uno se hace adulto no necesita una madre que le haga el desayuno, la cama, y le vaya detrás limpiando todo lo que ensucia.
Me da mucha rabia oír de boca de mujeres la crítica hacia otras mujeres, y más las mujeres escogidas por sus hijos. Si no te gusta tu nuera, te aguantas, pero la respetas. Sea como sea, es la elección de tu hijo, puedes aconsejarlo, como mucho, pero no metas maraña en la relación de tu hijo, porque es de mala persona. Nunca he visto a un grupo de hombres criticar a sus nueras.
Yo tengo la suerte de no tener suegra, pero a veces tengo que aguantar a las de los otros por temas familiares, y muchos comentarios van por este sentido: las nueras siempre son las malas. Estoy segura que existen suegras muy buenas, pero ayer preguntando… nadie me dijo que la suya lo fuera.
Sólo explicar una cosa: recuerdo el día que nació mi hija. Cómo me acompañó mi madre al parto, una vez me recuperé unas enfermeras me preguntaron dónde estaba el padre. Les dije que no había padre porque era madre soltera. Una de ellas me dijo que tenía mucha suerte porque la suya había sido una bruja que no cesó hasta acabar con el matrimonio. Las otras enfermeras no dijeron nada.
Tal vez el mundo de los nueros y las nueras tienen satanizado el mundo de los suegros y las suegras y viceversa. Yo tuve una suegra que me apreciaba mucho, pero cuando las cosas con su hija se termianron--de manera normal, nada traumático--ella inició una campaña en mi contra que concluyó una noche en un bar donde nos encontramos. Entre rones, mi ex-suegra me dijo hasta de qué me iba a morir, los madrazos apenas fueron atenuadores de frases pesadísimas y yo termine huyendo entre los rumberos.
ResponEliminaMenuda experiencia! Gracias por tu comentario!
ResponEliminaEs cierto, las nueras no roban a los hijos.
ResponEliminaEl problema es mucho más simple, es de especie y de género. Una de mis abuelas, la de Castelló, lo resumía con un refrán:
"Tire més un pel de cony que un motor de barco".
Así de simple.
También se cumple otra cosa: el hecho de que una madre lo sea de un niño la predispone a educarle mucho peor de lo que lo haría si fuera una niña. Y eso, encima, lo paga el pobre hijo de por vida.
Saludos.
Cuanta razón tu abuela de Castelló... Gràcies Manel!
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