En cuanto al tema del suicidio, siguiendo Malinowski, este no es una institución puramente jurídica, pero sí tiene un aspecto. Hay dos métodos seguros: “lo'u” (tirarse desde arriba de una palmera) y “soka” (tomar veneno irremediable de un pez); después hay un método más suave que es tragar el veneno vegetal "tuva", el cual, con una dosis de emético vuelve a la vida el envenenado por “tuva”. Se utiliza en peleas de enamorados, disputas matrimoniales, y casos similares. Las dos formas fatales son utilizadas como medio de escapar a situaciones sin salida y la actitud mental que acompaña es compleja ya que abarca el deseo del propio castigo, la venganza, la rehabilitación y el agravio sentimental. En la psicología del suicidio, hay dos aspectos: hay siempre un pecado, crimen o explosión pasional que tiene que ser expiado; y una protesta contra los que han sacado a la luz este pecado, han insultado públicamente al culpable. La persona apela a los sentimientos de los que le han empujado, si son amigos o parientes o, si son enemigos, apela a la solidaridad de sus parientes y les pide que lleven a cabo una venganza (“lugwa”). Así, el suicidio, como la hechicería, es una manera de hacer que los nativos observen la ley, un medio de evitar los tipos de conducta extremos e inhabituales. Ambos son influencias conservadoras y constituyen sólidos puntales de la ley y el orden.
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