¿Y qué?
Creo que casi todo el mundo es consciente de que, cuando tienes un hijo, a tu alrededor empiezan a florecer expertos en niños, psicólogos, doctores, comadronas... tu familia, amigos, entorno, el vecino de la calle que ni siquiera conoces... todos se creen con el derecho de aconsejarte, e incluso de juzgarte o criticarte, algunos desde su buena intención, otros desde su "sabiduría" suprema y todopoderosa...
Nunca he leído un libro sobre embarazo, aunque sí artículos y opiniones sobre algunos temas, que me llamaban la atención. Uno de estos temas es el de la crianza con apego, que incluye el colecho. Desde que nació mi hija es lo que mi intuición más me pedía: estar siempre con ella, enganchada a mi cuerpo, dormir con ella, cogerla siempre en brazos... Y he tenido que aguantar de todo: que si te toma el pelo (claro, un bebé de meses te va a tomar el pelo...), que si la vas a mal acostumbrar, etc etc etc...
Llevada por esta influencia, a veces la dejaba dormir en su moisés, luego en su cuna... aunque siempre acababa en mi cama. Recuerdo una noche que vomitó. La oí en seguida porque creo que los ratos que la dejaba en su cuna yo no dormía del todo. Esa noche pensé: ¿y si no la hubiera oído? Desde entonces siempre hemos dormido juntas toda la noche. Cuando cumplió 2 años le compré la cama "de niña grande". Le gustó mucho y algunos días de iba a dormir a su cama... pero se despertaba y se metía en la mía; lo hizo unos días y no lo ha vuelto a hacer. Le gusta dormir conmigo, y a mí con ella.
Y ya no me escondo. A quien no le guste, dos piedras. No es su problema. Se lo dije a la pediatra; en la reunión de ahora, de principios de curso, de P3, me lo preguntó la profesora, y se lo dije. Tampoco me hizo ningún comentario, lo respetó, que es lo que hay que hacer. Lo hablo con otros padres, y te das cuenta que muchos practican el colecho.
Mi hija no tiene ningún trastorno de sueño. Como hace unos meses, a los 3 años, le quité el pañal nocturno, ella lo que hace es que se levanta (no todas las noches), va al lavabo, vuelve, y sigue durmiendo, no se despierta para nada más. Cuando está un poco malita, se aprieta más y me busca, pero está tranquila. Creo que el único inconveniente que puede haber es el tema del espacio, porque si durmiendo ella y yo, yo acabo relegada a un rinconcito, ni me imagino lo que debe ser tres en la cama... o cuatro! Pero tampoco es un drama, una cama más grande, y punto...
Creo que cuando una es madre (o padres) deben hacer lo que sienten, lo que el instinto les pide, pensar en las necesidades del niño y adecuarlas a las necesidades de todos los miembros, informarse bien, y dejarse estar de lo que digan o piensen los demás.
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