A veces, una deja de escribir para empezar a dibujar....
diumenge, 28 d’abril del 2019
dilluns, 29 d’agost del 2016
Noches sin dormir, de Elvira Lindo
Es un placer leer un libro cuando el autor/a desnuda el alma. Conocía a Elvira Lindo de sus artículos en un periódico y por Manolito Gafotas. Este libro me llamó la atención porque soy la típica que sin haber estado en USA tengo el “American Way of Life” idealizado, al igual que la ciudad de New York, Manhattan… Cuando leí no sé dónde que Elvira Lindo publicaba “Noches sin dormir” en forma de diario, en el que relataba su último invierno en Nueva York, me lancé a leerlo. Y no me decepcionó. Habla sin tapujos, desde dentro, sobre sus sentimientos y vivencias, acompañándolo de unas fotografías estupendas.
Sigo teniendo ganas de ir algún día... pero vivir… no creo que me gustara vivir allí… Soledad, frío, individualismo, rarezas, submundos, locura…forman parte de la atmósfera de este libro.
Altamente recomendable.
diumenge, 8 de maig del 2016
SÚPER PROTA
Como he dicho en anteriores ocasiones, no cobro por publicitar, así que esta recomendación es verdadera, mi opinión de verdad.
En el sexto cumpleaños de mi hija (hace 2 meses) me decidí por el libro/cuento personalizado. Llevaba tiempo pensándolo, visité diversas páginas y, finalmente escogí SÚPER PROTA.
Muy sencillo: escoges la edad, en mi caso entre 5-10 años, escoges el idioma, personalizas la foto de la primera página y la dedicatoria, y ya tenemos el cuento, que puedes previsualizar. Cuando lo hice había una promoción que te daban a escoger un extra gratis, y yo escogí tapa dura. Y tan sencillo como esto, en unos días lo recibes en casa. Me enviaron el cuento, una pulsera y tres tarjetas de promoción 10% de descuento por si quería pedir más libros.
Este es el resultado. No voy a poner la foto de mi hija al verlo, pero le encantó. Ya me hubiera gustado a mi de pequeña tener un cuento donde mi nombre apareciera continuamente y yo fuera la absoluta protagonista.
En el sexto cumpleaños de mi hija (hace 2 meses) me decidí por el libro/cuento personalizado. Llevaba tiempo pensándolo, visité diversas páginas y, finalmente escogí SÚPER PROTA.
Muy sencillo: escoges la edad, en mi caso entre 5-10 años, escoges el idioma, personalizas la foto de la primera página y la dedicatoria, y ya tenemos el cuento, que puedes previsualizar. Cuando lo hice había una promoción que te daban a escoger un extra gratis, y yo escogí tapa dura. Y tan sencillo como esto, en unos días lo recibes en casa. Me enviaron el cuento, una pulsera y tres tarjetas de promoción 10% de descuento por si quería pedir más libros.
Este es el resultado. No voy a poner la foto de mi hija al verlo, pero le encantó. Ya me hubiera gustado a mi de pequeña tener un cuento donde mi nombre apareciera continuamente y yo fuera la absoluta protagonista.
diumenge, 2 d’agost del 2015
Nada, de Carmen Laforet
Muchas veces una portada o un título son suficientes para acabar comprando un libro, lo que no quiere decir que luego no decepcione. Este no es el caso.
Que un libro se titule "Nada" ya me llamó la atención. Y me lo compré.
Fue escrito en 1944, año en el que nació mi padre. Y la trama ocurre en la Barcelona de mis abuelos e infancia de mis padres. Una Barcelona de posguerra y una calle emblemática, la calle Aribau, una de las calles "bien" de la ciudad.
Una chica de pueblo, Andrea, va a casa de sus abuelos para poder asistir a la Universidad. Ella tiene los recuerdos de su niñez, pero lo que se encuentra es lo que fue habitual en esa época: la decadencia de familias adineradas, pequeña burguesía, que seguían aparentando lo que ya no eran. No tenían ni para comer, pero seguían teniendo criada, vendían de todo para sobrevivir, aunque la abuela estaba desnutrida...
Es una historia también de soledad, de mentiras, engaños, de brutalidad, de violencia... violencia de género consentida por toda la familia.
Para mí es un libro imprescindible, donde se explica una historia, pero también se dibuja un pedazo de la historia de Barcelona.
Que un libro se titule "Nada" ya me llamó la atención. Y me lo compré.
Fue escrito en 1944, año en el que nació mi padre. Y la trama ocurre en la Barcelona de mis abuelos e infancia de mis padres. Una Barcelona de posguerra y una calle emblemática, la calle Aribau, una de las calles "bien" de la ciudad.
Una chica de pueblo, Andrea, va a casa de sus abuelos para poder asistir a la Universidad. Ella tiene los recuerdos de su niñez, pero lo que se encuentra es lo que fue habitual en esa época: la decadencia de familias adineradas, pequeña burguesía, que seguían aparentando lo que ya no eran. No tenían ni para comer, pero seguían teniendo criada, vendían de todo para sobrevivir, aunque la abuela estaba desnutrida...
Es una historia también de soledad, de mentiras, engaños, de brutalidad, de violencia... violencia de género consentida por toda la familia.
Para mí es un libro imprescindible, donde se explica una historia, pero también se dibuja un pedazo de la historia de Barcelona.
dimarts, 30 de juny del 2015
6 años
Hoy hace 6 años de mi IAD. Fue un martes, como hoy. Hay fechas que nunca se olvidan:
http://llunaprunera.blogspot.com.es/2011/12/mi-inseminacion-39-ya-esta-ya-me-han.html
http://llunaprunera.blogspot.com.es/2011/12/mi-inseminacion-39-ya-esta-ya-me-han.html
dissabte, 11 d’abril del 2015
Días sin hambre, de Delphine de Vigan
Este libro es una autobiografía de una mujer que pasó por la enfermedad de la anorexia, con sus puntos en común con otras biografías. Creo que, para muchas de ellas, escribir su historia, sea en formato libro, o blog, o cualquier otro medio, forma parte de su proceso de terapia.
Estos puntos en común son:
- la personalización (y alienación) de la enfermedad; aquí no se llama Ana, sino Lanor (la enfermedad)
- pureza, perfección... siguen siendo conceptos comunes
- el amor platónico, el querer gustar al médico que te ayuda, un amor asexuado, un amor de necesidad y afecto
- las trampas a la hora de pesarse y alimentarse para poder salir del hospital
- los problemas familiares, de relaciones con los padres, de situaciones dramáticas...
- la lucha interna con la enfermedad
Un tema que me ha sorprendido, porque nunca lo estudié ni encontré ningún caso como en este libro: el caso de la mujer de origen algeriano, Fatia, que como la autora dice: "es anoréxica, una palabra que no existe en su lengua, ni en su cultura".
Lo recomiendo a todas las personas que quieran entender un poco más de la enfermedad, para que vean que va más allá de "una tontería de niñas que quieren llamar la atención o ser modelos".
Estos puntos en común son:
- la personalización (y alienación) de la enfermedad; aquí no se llama Ana, sino Lanor (la enfermedad)
- pureza, perfección... siguen siendo conceptos comunes
- el amor platónico, el querer gustar al médico que te ayuda, un amor asexuado, un amor de necesidad y afecto
- las trampas a la hora de pesarse y alimentarse para poder salir del hospital
- los problemas familiares, de relaciones con los padres, de situaciones dramáticas...
- la lucha interna con la enfermedad
Un tema que me ha sorprendido, porque nunca lo estudié ni encontré ningún caso como en este libro: el caso de la mujer de origen algeriano, Fatia, que como la autora dice: "es anoréxica, una palabra que no existe en su lengua, ni en su cultura".
Lo recomiendo a todas las personas que quieran entender un poco más de la enfermedad, para que vean que va más allá de "una tontería de niñas que quieren llamar la atención o ser modelos".
divendres, 3 d’abril del 2015
Un trabajo cualquiera... una casa peculiar
Muy a mi pesar he seguido un reality de la mayor cadena de realities, en el que unos famosos están en una casa sin salir durante unas semanas... y sí, engancha... y sí, entendamos como «famoso» esto que está tan de moda en este, nuestro país, donde la gente famosa que gana una pasta gansa es famosa por hablar mal de, ser el hijo de, haberse acostado con, haber formado parte de otro reality, engañar a la gente, etc...
En este programa hemos podido establecer una figura clave: la del/la «metemierda/acosador». Y esto me ha llevado a establecer un paralelismo entre este concurso/reality y un trabajo cualquiera.
Hay dos clases de «metemierda/acosador»: el que claramente critica y dice mentiras sobre una persona, y el que va en plan «me han dicho», «dicen por ahí», «se dice el pecado pero no el pecador», y que va metiendo mierdecilla porque, claro, «sólo te quiere ayudar»...
Para que esta figura exista, evidentemente, se necesita de «público», es decir, los llamados «palmeros/as», gente con poca personalidad, que aunque sepa bien que lo que hace el acosador-metemierda no está bien, le tiene miedo y hace lo que dice; además, son tontos/as, porque encima son los que quedan peor. Porque no es que tengan miedo de respeto y admiración, sino que de lo que tienen es poder ser una víctima suya, lo que hace a uno metemierda/acosador y a los otros «mierdecillas».
Y es que este tipo de individuos acostumbran a tener muy mal carácter, a ser unos déspotas, carecer de educación y estar muy, muy amargados... ah, evidentemente, no tienen ni idea de lo que es la empatía.
Alguien me decía no hace mucho que este tipo de gente triumfa en el trabajo, que se queja de muy malas maneras y consiguen lo que quieren (aumentos de sueldo, etc). Quién ha ganado este concurso? La mala educación, la intolerancia, el despotismo...
Pero yo le dije a esta persona: «fíjate en sus vidas privadas: te cambiarías por ellas?»
No, claro que no. Porque nadie quiere ser así, ni tener palmeros, ni estar amargado, ni ser un envidioso/a... porque cuando uno está bien consigo mismo y con su entorno no tiene necesidad de hablar de los otros, ni de meter mierda. Y aún menos, ser un palmero/a.
En este programa hemos podido establecer una figura clave: la del/la «metemierda/acosador». Y esto me ha llevado a establecer un paralelismo entre este concurso/reality y un trabajo cualquiera.
Hay dos clases de «metemierda/acosador»: el que claramente critica y dice mentiras sobre una persona, y el que va en plan «me han dicho», «dicen por ahí», «se dice el pecado pero no el pecador», y que va metiendo mierdecilla porque, claro, «sólo te quiere ayudar»...
Para que esta figura exista, evidentemente, se necesita de «público», es decir, los llamados «palmeros/as», gente con poca personalidad, que aunque sepa bien que lo que hace el acosador-metemierda no está bien, le tiene miedo y hace lo que dice; además, son tontos/as, porque encima son los que quedan peor. Porque no es que tengan miedo de respeto y admiración, sino que de lo que tienen es poder ser una víctima suya, lo que hace a uno metemierda/acosador y a los otros «mierdecillas».
Y es que este tipo de individuos acostumbran a tener muy mal carácter, a ser unos déspotas, carecer de educación y estar muy, muy amargados... ah, evidentemente, no tienen ni idea de lo que es la empatía.
Alguien me decía no hace mucho que este tipo de gente triumfa en el trabajo, que se queja de muy malas maneras y consiguen lo que quieren (aumentos de sueldo, etc). Quién ha ganado este concurso? La mala educación, la intolerancia, el despotismo...
Pero yo le dije a esta persona: «fíjate en sus vidas privadas: te cambiarías por ellas?»
No, claro que no. Porque nadie quiere ser así, ni tener palmeros, ni estar amargado, ni ser un envidioso/a... porque cuando uno está bien consigo mismo y con su entorno no tiene necesidad de hablar de los otros, ni de meter mierda. Y aún menos, ser un palmero/a.
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