dimarts, 30 d’abril del 2013

Antropología Jurídica (XXI): Estudio comparativo del derecho entre la obra de Malinowski y la de A. González (XVI)


Otro autor a tener en cuenta es Martinez-Pereda[1], que hace un recorrido de la magia y el delito en España desde la Prehistoria hasta la actualidad. Comienza preguntándose si la magia puede constituir el tan buscado delito natural. A partir del llamado “siglo de las luces”, los códigos penales europeos eliminaron de sus textos los títulos referentes a la brujería y a la magia; según un autor que cita, Carrara, al perder los legisladores toda la fe en los brujos, las leyes suprimieron los delitos de magia. Alguien que se pensara que tenia poder y sabiduría para hacer filtros de amor, pócimas, bebidas abortivas, etc., si fueran detectados caerían en los títulos de envenenamiento, lesión personal, aborto provocado, etc.
El último residuo de persecución de la magia y hechicería en los países occidentales se encuentra, aunque por vía indirecta, como forma de estafa o infracción contra el patrimonio, o como una infracción de policía o contra el orden público. Muchas leyes penales (de policía) castigan el hecho de conseguir dinero mediante el tarot, leer manos… pero brujas y brujos de hoy en día no están sometidos por el hecho de su profesión al Código Penal, aunque haya personas que no consideran muy justa tal excusión.
Los gobiernos europeos legislaron en sus colonias africanas contra persecuciones de brujas y el resultado ha sido el menosprecio de los africanos, que consideran las leyes modernas como un estímulo para este tipo de actividades. Se ve en las leyes de Nigeria, Uganda, Tanganika y Kenia. Incluso en América, en países de mucha población negra, los Códigos Penales contienen formulaciones pintorescas.


[1] 1991, pp. 27-31.

dilluns, 22 d’abril del 2013

Personas tóxicas

Ahora he leído que se llaman personas tóxicas. Hace tiempo leí que algunos las llamaban personas "vampiras". No importa el calificativo.
El caso es que son aquellas que, mientras estás con ellas y después, te dejan sensación de mal estar, mal rollo en general. Son gente muy amarga, critican todo, se quejan de todo, son falsos e hipócritas, manipulan, necesitan aliados, saben llevarte a su terreno... van al sol que más calienta, por lo que a veces te depistan, pero tarde o temprano se les ve el plumero. Son personas también muy celosas y envidiosas. Cuando te alejas de ellas puedes llegar a sentir un gran alivio, aunque depende de la confianza que ha habido se puede sentir también un poco de remordimiento, pero todo pasa en esta vida...
Yo cada vez huyo más de esta gente. Sólo perderé el tiempo si algún familiar o amigo muy cercano se vuelve tóxico por algún motivo. Pero al resto... que les den!

dijous, 18 d’abril del 2013

Vamos a ver... no haber

Nunca criticaré la manera de escribir de alguien que no ha tenido la oportunidad de ir a la escuela. Pero gente de mi edad y menos... Eso ya creo que es dejadez, o pasar, o no sé...
Un ejemplo claro está en "a ver" y "haber". Que se pronuncia igual, está claro, pero el significado... "Haber" normalmente es un auxiliar que precede a un infinitivo, aunque lo encontramos en expresiones como "tiene que haber" e incluso como sustantivo.
"A ver" se utiliza en expresiones que impliquen mirar, en expresiones de interés, llamar la atención, etc.
Lo mismo pasa con el imperativo, las formas acabadas en -d, como "cantad", "venid"... por qué algunos utilizan el infinitivo, tanto al hablarlo como al escribirlo?
He trabajado con gente que supuestamente tiene carrera que comete estos errores. Los utilizan en emails, en informes, que, si no son previamente corregidos, salen tal cual.
Aprovechemos que viene la Diada de Sant Jordi, el Día del Libro, para comprar alguno; la lectura ayuda a dejar de hacer este tipo de errores... aunque podríamos hablar largo y tendido de los errores en algunos libros.


dissabte, 13 d’abril del 2013

Relaciones

Esta tarde he ido a una cafetería céntrica, sobre las 4 de la tarde, y he empezado a observar.
Mi hija, a mi lado, durmiendo en su cochecito.
Tres personas, dos mujeres y un hombre, charlando detrás de mí.
Una pareja con un bebé, pendientes de sus móviles.
En un sofá y una butaca, un chico y una chica con una mujer de mediana edad, todos manipulando sus móviles.
En otro lado, una chica leyendo el periódico.
En una mesa cercana, un hombre leyendo el periódico y, el chico que le acompañaba, mirando a la nada con cara de aburrimiento.
En la terraza, una familia con miembros de todas las edades, charlando.
Pasa una chica con un cochecito, mirando el móvil.
Llega una pareja de unos 50 años; él se pone a leer el periódico y ella a mirar el móvil.
Creo que en unos años no sabremos mirarnos a los ojos y charlar. Estamos perdiendo la capacidad de comunicarnos, sólo sabremos hacerlo con una pantalla de por medio, aunque tengamos la persona a nuestro lado.
Yo no quiero esto para mi hija.

dilluns, 8 d’abril del 2013

Pedir perdón

Pedir disculpas, pedir perdón, reconocer tus errores, admitir que estás equivocado... son temas que cuestan, pero hay personas que no tienen muchos problemas para hacerlo.
Otras sí. Por esto recientemente me ha sorprendido una persona cercana a mí: por primera vez en su vida me ha pedido perdón. Y creo que ha hecho un gran paso adelante.
Hay veces que, por diversas circunstancias, los individuos se crean un rol que no siempre es muy acertado, tanto para bien como para mal. Si para ocultar debilidades te creas un súper ego, pisas a quien sea para conseguir propósitos personales y profesionales, mientes, te mientes a ti mismo... es muy difícil salir de la rueda. El rol ya forma parte de ti mismo. Y la vida da muchas vueltas, más ahora, con la situación que vivimos, tiempos difíciles para todos. Hoy tienes, mañana no.
Por eso me ha asombrado que alguien parecido a lo que he descrito haya pedido perdón. Para mí se ha "humanizado". La balanza de la decepción se ha equilibrado. Y esta persona, como muchas otras, estoy segura que se ha sacado un lastre de encima. Es muy buen comienzo para dejar la amargura y empezar a mirar al futuro como mínimo un poco más relajado.