divendres, 23 de setembre del 2011

Antropología jurídica (V): Ley y religión: Legislador, religión y derecho

En cuanto al legislador, no lo tenemos que entender como un hombre que creó un código con su genio y que lo impuso a los otros; el hombre no analizó su conciencia y decidió lo que es o no es justo. Así no nació el derecho antiguo. La religión decía: el hijo continúa el culto, no la hija. Y la ley dijo con la religión: el hijo hereda, la hija, no; el sobrino por la línea de los hombres, también, pero no por la de las mujeres. Así se elaboró la ley, sin que fuera necesario buscarla. La piedra donde estaba grabada la ley era inviolable y fue la causa principal de la gran confusión que se observa en el antiguo derecho: leyes opuestas y de épocas diferentes se encontraban reunidas, y todas tenían que ser respectadas. Era así, porque los dioses la hicieron, y no se discute sino que se impone. Los antiguos versos, como estaban escritas las leyes, eran invariables. En el derecho primitivo, la letra (eso externo) era todo; no se tenía que buscar el sentido o espíritu de la ley, ya que sólo valía por las palabras de las cuales su fórmula constaba. Las fórmulas de la ley se conservaban secretas como las del culto, se ocultaban al extranjero y al plebeyo. La ley, por su origen y naturaleza, pareció durante mucho tiempo un misterio donde no se podía estar iniciado sin estarlo antes en el culto nacional y en el doméstico.
La religión era puramente “civil”, particular de cada ciudad, y de ella tenía que derivarse un derecho “civil”; pero es necesario precisar. Cuando decían que el derecho era civil, no sólo entendían que cada ciudad tenía su código, sino que sus leyes sólo tenían valor y efecto entre los miembros de una misma ciudad; además, era preciso ser ciudadano, no valía para extranjeros y esclavos.
Con todo, el derecho no había nacido de la idea de justicia, sino de la religión, y no se concebía independientemente de ella. Si entre dos hombres no existía una comunidad religiosa (profesar el culto de un mismo hogar y los mismos sacrificios), no podía existir ninguna relación de derecho. “El derecho sólo constituía un aspecto de la religión; sin religión común no había ley común[1].


[1] Fustel de Coulanges, 1984, p. 205.

dimarts, 20 de setembre del 2011

DIVORCIADES

No m'agrada generalitzar, sé que cada persona és un món, cada divorci un altre món. Però, per desgràcia per a les meves oïdes i les meves neurones, tinc la mala sort que últimament he de tornar a escoltar la història d'una separada rabiosa, i he vist moltes similituds i comportaments semblants i inexplicables entre diferents separacions, que no deixen d'esgarrifar-me. Escric això perquè algú em digui: "`No, això és una minoria. El normal és que ambdues parts es comportin com a persones civilitzades".
Per començar, una de les coses comunes que m'he trobat és aquest canvi radical de sentiments. Un dia et diu plorant que el seu matrimoni s'ha acabat i al dia següent està més feliç que un gínjol, dient-te que té ganes que acabi tot, que vol sortir amb les amigues a veure si coneix algú, que potser fins i tot haurà estat una sort això del divorci. O encara més de pel·lícula: un dia et diu que està enamorada fins a les calces del seu encara marit, que no podrà superar una cosa així, que només té ganes de morir-se, i al cap d'una setmana et solta, així, tal qual, que està enamorada del millor amic... del seu futur ex! Fort, no? Jo no sé la resta del món, però jo no tinc aquesta capacitat d'enamorar-me i desenamorar-me, d'estimar i deixar d'estimar, d'anar buscant substituts per la vida.
Una altra cosa força freqüent, pel que he vist, és el de mentir de cara a la família de l'altre, voler quedar bé, les bones intencions que, de sobte, canvien i fan que les bruixes dels contes de fades semblin unes santes al seu costat. "Jo no penso deixar el teu fill en una mala situació. No penso ser d'aquestes", li diuen a la sogra. "No puc oblidar que és el pare dels meus fills". Però, en un determinat moment, tot canvia. Influenciades o portades per sentiments com la ràbia o la gelosia o el que sigui, l'única intenció comuna a totes és deixar a l'ex sota un pont i en calçotets. Desproveir-lo absolutament de tot. "Ell ha pres la decisió, ho haurà de pagar". "Ell se'n va amb una altra, doncs que les passi canutes". Això es converteix en l'únic objectiu en la vida. Si li fas entendre que ella té la seva feina, que el càstig que s'emporta l'ex és senzillament que la perd, no entren en raó. "I si em quedo sense feina?" "Jo estic acostumada a un ritme de vida". "La casa costa molt de mantenir". La casa! Però si fa dos dies deies que la casa només et donava que feina, que no t'agradava, que preferiries un pis petit!
Ho volen tot. Absolutament tot. I no els importa res.
El més trist de totes aquestes històries és la utilització dels fills. Anar maquinant què hauran de dir si els toca declarar. Començar a manipular-los, tot per un interès econòmic. Ell per no haver de pagar tant. Ella per poder treure més diners. Que no n'han tingut prou d'haver estat aguantant les vostres batalles diàries, que potser duren de fa mesos? "És que és un mal pare". De sobte és un mal pare? Doncs aleshores t'haurien de treure la custòdia per haver permès que els vostres fills estiguessin amb un monstre, no?
No volen la custòdia compartida que, en principi, és la solució més bona de cara als fills. I tot, torno a dir, per un tema econòmic.
El procés segueix. En el millor dels casos, el jutge atorgarà la custòdia compartida i tot tornarà a la calma.. Moltes d'elles comencen una mena de cursa amb altres divorciades que la podríem titular "Busca, compara i si trobes alguna cosa pitjor, sempre pots tornar amb el teu exmarit". I algunes hi tornen. Amb aquell ésser menyspreable, mal pare, fill de sa mare... És el colmo del patetisme. Sense entrar en etiquetes com "feminista", en casos com aquests només puc dir que tota la feina d'àvies, mares, mestres, lluitadores polítiques i socials, actuals o no, tota la feina que han fet, fan i faran pels drets de les dones i la seva dignitat, en un moment ha estat tirada pel terra.

dilluns, 12 de setembre del 2011

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

Sí, tú, que durante años nos engañaste con tu supuesta integridad, valores, ética, moral... Que desde tu creída superioridad nos dabas ejemplo, nos juzgabas, nos menospreciabas... Que te creías el ombligo del mundo, con tu aparente vida perfecta, de trabajo perfecto y familia perfecta...
Pero un día demostraste que todo era falso. Ya no fuiste una persona perfecta: fuiste una persona mentirosa, hipócrita, falsa, inestable, con una doble vida, infiel... Demostraste tu yo a todo el mundo. Nunca pediste perdón. Sólo a quien te interesó. Y seguiste aplastando, pisoteando y utilizando vidas, por encima de sus sentimientos.
Ahora quieres aparentar que no pasó nada. Sigues con tus bromitas de mal gusto. Sigues con tu fastidiosa sonrisita debajo de la nariz, intentando ver los otros otra vez por encima del hombro. Pero la gente no es tan tonta como te imaginas. No tiene vaciós mentales como te crees. La gente no olvida. Y tú no deberías olvidar, porque, en principo, de los errores se aprende. Pero has decidido pegar un salto en el tiempo y hacer ver que no ha pasado nada. Si cuela, cuela...
Pero para algunos no va a colar. Allí estaremos, cada vez que hagas una broma de mal gusto, un comentario fuera de tono, nos quieras dar ejemplo de tolerancia o respeto, que no sabes ni lo que son, o cualesquiera de tus sandeces, para recordarte tu pasado reciente.
La humildad no forma parte de tu vocabulario, pero vas a tener que aprenderla.
Así que, la próxima vez que vayas a abrir la boca para depende de qué, ¿por qué no te callas?

dimarts, 6 de setembre del 2011

NO ERES TÚ, SOY YO

¿Quién no ha utilizado esta frase alguna vez? ¿A quién no se la han dicho alguna vez?

¿Cómo es que en las relaciones de pareja a veces somos capaces de sacar al otro o a nosotros lo peor, y en un momento en que lo importante sería ser sincero soltamos semejante tontería?

Porque, vamos a ver, sí eres tú, no soy yo. No te acaba de gustar el otr@ por lo que sea: no te da lo que quieres, no sientes bastante pasión, te acuerdas de tu ex, te gusta otr@ más, etc. O sea, sí, eres tú. Porque, si no, no l@ dejábamos ir ni por casualidad. Porque cuando estamos en una relación, si nos conviene y estamos enamorados, no dejamos volar al otr@.

También resulta bastante absurdo que utilicemos una frase que no sólo la usa el 90% de la relación, si no que se usa en las series, libros y películas.  De hecho, podrían hacer una película o escribir un libro que se titulara: “No eres tú, soy yo”.

O sea, es un típico tópico. Como cuando la gente utiliza frases como “El fin justifica los medios” sin pensarlo mucho: cuatro palabras, dejo caer la frasecita, tres palabras más y quedo la mar de bien. Así, porque yo lo valgo, porque me gusta la frase y pienso poco. O que las mujeres no saben conducir, que los hombres no saben hacer más de una cosa a la vez, que los catalanes somos tacaños…

Y se convierten en frases recurrentes. Para algunos ya sonidos, como cuando estaba de moda Chiquito de la Calzada y todos decíamos “¡Condemorrrrrrrrrrrrrr!” y “¡Jorrrrrrrrrrrrrrlll!!!”.

Porque no nos olvidemos que normalmente, después del “No eres tú, soy yo” viene el “Conocerás a alguien mucho mejor que yo, que valga la pena”. Eso seguro, lo que en ese momento no lo sabemos y no nos consuela. Y, ¿por qué decimos esto? Pues por lo mismo. Sabemos que no hay nadie mejor que nosotr@s, que somos lo más, pero en ese momento, la culpabilidad y la falsa modestia nos hace decir esta chorrada.

Y ya si la cosa se pone muy fea, con lloros, insistencias, rabietas, melodramas… podemos sincerarnos un poco y decir el típico “Sólo te quiero como amig@”. Que normalmente tampoco es cierto, porque lo que queremos es perder de vista a la persona esta que nos está empezando a recordar la película de “Atracción fatal”. Y con esto, encima, estamos esperanzando al otr@ de que haya una minúscula relación, contacto…

O sea, en definitiva, muchas veces mentimos más que hablamos, somos más falsos que un duro sevillano (otra frase recurrente) y más crueles que la de Vil.

divendres, 2 de setembre del 2011

Antropología jurídica (IV): Ley y religión. Fustel de Coulanges, griegos y romanos...

Fustel De Coulanges[1] nos habla sobre estos aspectos en el contexto de Grecia y Roma. Dice que para los antiguos el carácter y virtud de la religión eran un conjunto de pequeñas creencias, prácticas, ritos minuciosos, de los cuales no se requería el sentido, no se reflexionaba y se aceptaba de manera inconsciente; así, no tenía el mismo sentido que hoy en día para nosotros. Lo importante eran las prácticas, que constituían aquello obligatorio e imperioso, una cadena que tenía el hombre esclavizado; estaba gobernado por ella, le tenía miedo, y no osaba razonarla, discutirla. Dioses, héroes, muertos, exigían de aquellos hombres un culto material y pagaba su deuda para que fuesen sus amigos y para que no fuesen sus enemigos. En recuerdos y tradiciones descansaba su culto; por este motivo la historia tenía más importancia para los antiguos que para nosotros. El uso de los libros sagrados era universal entre griegos, romanos y etruscos. Junto con los anales, había documentos escritos y auténticos, una tradición oral que se perpetuaba en el pueblo de cada ciudad; formaba parte del culto y estaba compuesto de relatos y cantos que se repetían cada año en las fiestas de la religión.
Entre los griegos y los romanos, así como entre hindús, al principio la ley formó parte de la religión, siendo los antiguos códigos de las ciudades un conjunto de ritos, prescripciones litúrgicas, oraciones, al mismo tiempo que disposiciones legislativas. las reglas del derecho de propiedad y del derecho de sucesión se encontraban entre las que tenían que ver con los sacrificios, la sepultura y el culto de los muertos. En Roma no se podía ser buen pontífice si se desconocía el derecho y, a la inversa, no se podía conocer el derecho si se ignoraba la religión; por este hecho, los pontífices fueron durante mucho tiempo los únicos jurisconsultos y casi todo estaba sometido a las decisiones de estos sacerdotes; ellos solos eran jueces competentes en infinito número de procesos. Así, los mismos hombres eran pontífices y jurisconsultos porque el derecho y la religión formaban una misma cosa. Por otro lado, en Atenas el primer arconte y el rey tenían casi las mismas atribuciones judiciales que el pontífice romano, ya que la misión del primero era velar por la perpetuidad de los cultos domésticos, y el rey, similar al Pontífice de Roma, tenía la dirección suprema de la religión de la ciudad. En definitiva, el arconte juzgaba en todos los debates pertenecientes al derecho familiar y el rey en los delitos que se referían a la religión.


[1] 1984, pp.182-187 i pp. 199-205.

dijous, 1 de setembre del 2011

La meva inseminació (i 55): Ser optimistes. Val la pena!!!

Per acabar, vull reiterar-me en dir a totes aquelles persones que estiguin en el procés, que els està costant, que s’hi estant deixant molt, que lluitin fins al final, que, si de veritat ho volen, que perseverin, fins a esgotar totes les vies. L’optimisme ajuda a enfrontar-se a aquests procediments, i el recolzament també. Són dos aspectes molt importants des del moment que es pren la decisió. Val la pena.