dimarts, 31 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (y VII)

Hoy en día, el hecho de estar extremadamente delgado no es sólo el canon de belleza predominante, sino que comporta también otras cosas: si uno no está delgado no tiene éxito social, no es popular, no pede acceder a depende algunos trabajos, ni competir algunos deportes, ... Y esto se refleja en determinadas pautas de consumo de toda clase de productos (alimenticios, de belleza, ropa, ...). El culto al cuerpo está a la orden del día: dietas (con el peligro de no hacerlas de manera controlada por especialistas -teniendo en cuenta que aun así también implica sus riesgos-), ejercicio físico (muchas veces exagerado y descontrolado, sin olvidar el papel de entrenadores y otros profesionales), cirugía estética y otros tipos de cirugía (como la reducción de la capacidad del estómago, operación que cada vez se hace más a menudo), uso de toda clase de productos (ya no sólo utilizados por mujeres, sino también por hombres).
Los medios de comunicación son una fuente indiscutible de propagación de los trastornos de la alimentación; se ha llegado a hablar de la anorexia nerviosa como de auténtica epidemia. El mundo de la moda es quien más bombardea a través de los medios de comunicación, cosa que implica que a veces es causante de algunos casos de anorexia, y a veces apoya otros casos, por el hecho de ofrecer estos modelos extremadamente delgados, esqueléticos, andróginos, sin ninguna curva, con muy poco pecho y caderas, con rostros ojerosos y enfermizos; este es el ideal de belleza occidental. Y de aquí la frivolización de la enfermedad: anorexias o principios de anorexias envueltos de cierto “glamour”. La cruda realidad es diferente; no ocurre en muchos casos, pero la anorexia puede acabar en muerte. Y esta realidad, realidad de personas anónimas, no siempre se enseña.
Por otro lado, el concepto de "control" es clave en el tema: tener el control mediante el control del cuerpo es a menudo sinónimo de tener poder, seguridad, autocontrol, logro de perfección; perder el control del cuerpo es sinónimo a menudo a perderlo todo (incluyendo la autoestima). Otros conceptos que van muy relacionados son los de "pureza", "orgullo", "ser diferente". Todos los conceptos irían formando una interrelación que implicaría todo lo que envuelve la comida como alimento para vivir y el comer con todo su simbolismo: comer como consumo diario para vivir, comer como acto social, introducción de la comida en el cuerpo ("el enemigo", "lo impuro", "el demonio"), expulsión de la comida (para sacar de dentro lo que corrompe, lo que impide el objetivo de estar delgado, sea por las razones que sean).
Muchas son las cosas que se dicen sobre la enfermedad, desde todas las disciplinas (psicología, medicina, dietética, filosofía, ...): que es importante el tema del rechazo actual de las mujeres versus la imagen de "mujer reproductiva", que algunas chicas se vuelven anoréxicas después de sufrir abusos sexuales, que es un mal con "tintes de epidemia", que la anorexia puede remitir con antidepresivos, que la pérdida de un ser querido puede llevar a la anorexia, que un divorcio puede llevar a la anorexia, que ir a estudiar fuera y tener un cambio en la alimentación puede llevar también, ... Frente a este panorama, el que sí está claro es que se ha de poner orden, empezando por definir la anorexia, cuándo se trata de anorexia nerviosa, porqué se puede pasar de la anorexia a la bulimia, porqué hay personas que aprenden a estar al límite para no ser ingresadas, porqué se está dejando de calificar como enfermedad de adolescentes, sobretodo de chicas (cada vez hay más hombres, más niños y niñas, más mujeres mayores de treinta años), porqué está surgiendo un movimiento de la anorexia como estilo de vida. Y no olvidar que hay que conceptuar enmarcando histórica, social y culturalmente.

dilluns, 30 de maig del 2011

La meva inseminació (30): Buscant clínica...

Bé, primer pas: demanar informació. Com ho fas? Pots tenir la gran sort d’haver tingut una beca al departament de la teva facultat fa uns anys sobre el tema de la família i les tècniques de reproducció assistida, d’haver transcrit les entrevistes, i de tenir una bona informació prèvia... sempre ajuda, oi? Però no és el freqüent.
És més normal demanar informació a les clíniques (tot i tenir la informació, que no deixa de tenir uns anyets). Ah! I no oblidem que malgrat tothom sap que no s’ha de fer perquè Internet és ple de mentides, s’acaba entrant al Google, buscant als fòrums i llegint sobre el que opina la gent sobre aquesta o aquella clínica. Resultat: un munt d’informació contradictòria que no et porta enlloc. I acabes com hauries d’haver començat: demanant informació a clíniques. Vols fer una cosa seriosa, que et canviarà la vida. Tot ha de ser informació rigorosa, perquè la informació errònia et pot fer ben bé ballar el cap.
Com ets una persona ocupada i no tens tot el temps del món (no oblidem que estem parlant de la generació “tot terreny”) decideixes enviar correus electrònics a tres clíniques, les que et semblen les millors, encara que a tu, pel que saps, només te n’agrada una. Esperes impacient les respostes, però tampoc massa, perquè et responen totes el mateix dia. Vas llegint, en algun cas contestes alguna pregunta que t’han fet... i descartes de la manera més primitiva que tens: com aquesta i aquella m’han contestat amb un correu que no quadrava gaire amb l’anterior o m’han enviat el mateix correu dues vegades seguides, això vol dir que no funcionen gaire bé; i et quedes amb la teva primera opció, amb la “tranquil·litat” d’haver utilitzat el teu propi sistema de descartar, basat en la intuïció. I aquesta, la intuïció, sense saber molt bé per què, formarà part de la teva vida durant els mesos següents, i qui sap si durant anys.
Un cop tens el correu electrònic, ve un pas important: anar a la clínica. Perquè tu no vols fer-ho com et diuen, que truquis per demanar hora amb tal o qual doctor. No, no... tu has d’anar en persona, perquè vols veure les instal·lacions, notar el tracte humà. I, com no hauria de ser, hi vas amb una amiga, que també busca un fill, perquè aquest primer moment l’has de compartir amb una persona el més sensible al tema possible; almenys, jo ho vaig voler així. Més endavant no cal, vas tu sola, i ben orgullosa; però en el primer contacte, millor acompanyat, no?

divendres, 27 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (VI)

Esto se debe relacionar con el tema del control y el auto-control y, evidentemente, con la pérdida de éste. Cuando se inicia el proceso anoréxico, se siente el control del cuerpo, y por mucho peso inicial que se pierda, la sensación es de máxima energía, de euforia, incluso, porque se están consiguiendo los objetivos propuestos. Pero conseguir un objetivo implica ponerse uno de siguiente, y así sucesivamente, hasta que este control inicial se pierde: la malnutrición comienza a hacer lo que ya se ha señalado antes, es decir, cambios negativos biológicos y emocionales. Y perder el control para una persona perfeccionista y auto-exigente es un hundimiento total.
En definitiva, resumiendo y ordenando lo que se ha dicho, centrándose en la aportación de la antropología, se puede decir que la anorexia nerviosa no es una enfermedad de años recientes, sino que hay casos de anorexia en siglos anteriores, en otros contextos socio-culturales. Como se ha dicho, en la época medieval se encuentra documentación sobre lo que se ha llamado "holy anorexia", o "anorexia santa": prácticas de ayuno voluntario, de restricción alimentaria, ... A partir del siglo XVI se percibe un cambio: el ayuno deja de tener su trasfondo religioso tradicional; la auto-inanición incluso llega a convertirse en un espectáculo comercial ("artistas del hambre"). Y también encontramos los casos de la época victoriana donde "la moda" entre mujeres jóvenes, sobretodo de la alta burguesía, era la de piel muy blanca, ojerosas, personas enfermizas (por la anemia), ... Portador de signos, el cuerpo es también productor de signos. La probabilidad de sufrir el cuerpo en el malestar, la incomodidad, la timidez, es tanto más fuerte cuanto mayor es la desproporción entre cuerpo ideal y cuerpo real, entre el cuerpo soñado y el “looking-glass-self”, que refleja las reacciones de los otros. Si se perciben los síntomas como realidades simbólicas, como representaciones que evocan no sólo disfunciones fisiopatológicas, sino también mundos locales de aflicción, la anorexia santa no queda tan lejos de la anorexia actual.

dijous, 26 de maig del 2011

La meva inseminació (29): Volem el recolzament dels altres?

En darrer lloc, busques el recolzament en qui de veritat t’importa: família, amics i alguns companys de feina. Ells saben que ja ho has decidit i et recolzen, sense més històries ni tonteries.
 - Aquí estarem.
I punt. Bé, potser en la família sempre hi ha un punt més a favor si resulta que has tingut una tieta àvia que va fer el mateix que tu, no amb inseminació, però sí en el voler ser mare soltera, voler tenir un fill sense la necessitat de tenir un home al costat. Hi he pensat moltes vegades en la germana del meu avi, com en aquells temps va prendre la decisió en una societat que repudiava les mares solteres. Va buscar un home que no li pogués reclamar el fill (casat, amb fills i comerciant, poques vegades més el veuria), cosa impensable avui en dia, en l’era de les proves de paternitat (i de la SIDA, fer servir aquest mètode avui en dia, amb un pràcticament desconegut, podria significar una sentència de mort). I molt bé que li va anar a aquesta senyora. Va pujar tota sola un nen que ha arribat a ser un bon home a la vida. Ben orgullosos s’han sentit l’un de l’altre.
Així que dit i fet! No calia aquesta mena d’indagacions; de fet, no busques el vistiplau dels altres un cop decidit, però sí comences a buscar reaccions, perquè no deixes de fer una cosa cada cop més habitual, però que no entra dins “les normes socials establertes”, tant vigents avui en dia.
Fins i tot, encara hi ha gent que es posa les mans al cap i que té una mica d’ignorància sobre el tema. Inseminació, FIV, tècniques de reproducció assistida... no formen part del vocabulari de tothom. Se sent parlar en moments puntuals als mitjans de comunicació, però hi ha molta confusió en les tècniques. Jo mateixa m’he trobat corregint a algunes persones, i dient:
- No, no, res de provetes, ni d’implantació d’embrions, a mi m’han fet una inseminació artificial amb semen de donant.

dimecres, 25 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (V)

Querer conseguir la pureza, huir de la contaminación, elevar el espíritu, Rechazar la carne, admirar la inteligencia, luchar constantemente con “el ángel y el demonio” que se lleva dentro, seguir rituales, buscar una identidad, ser el mejor, crear simbologías, pensar en el suicidio, la muerte ... Todos estos conceptos (señalando que algunos, por ejemplo, el de pureza, supremacía de la mente sobre el cuerpo, ..., hacen pensar en el ascetismo y prácticas ascetas que han estado presentes en muchas culturas a lo largo de la historia) envuelven la anorexia, y hace falta escucharlos de boca de aquellos que los sufren. Es evidente que los profesionales de la medicina hacen una gran tarea con la curación, desde el punto de vista psicológico y físico; que hay que enseñar a comer de nuevo, reeducar en la comida. Pero el hecho que se creen tantísimas páginas webs en Internet es una señal que se debe advertir: hay que escuchar a las personas anoréxicas sin juzgarlas, para poder entenderlas, y tener más información de cara a la ayuda y prevención.
No nos hemos de olvidar que estamos hablando de una enfermedad que afecta al cuerpo, que lo cambia, lo transforma y lo utiliza; incluso lo niega. Mediante el cuerpo se canalizan frustraciones y angustias, se crea una comunicación o una no-comunicación con el resto de la sociedad; se crea una identidad, una auto-conciencia de eso que uno quiere ser o uno quiere llegar a ser. El cuerpo es un vehículo, y como tal lo dirige hacia donde el propietario quiere. El propietario puede decidir separarse de la sociedad, ser diferente. O puede decidir que primero quiere conducir su cuerpo hacia lo que la sociedad está pidiendo, y después encontrarse con que no es esto lo que quería, sino que lo que quiere es justamente lo contrario: aislarse. Se puede decidir abandonar el vehículo, y quedarse con el contenido: la mente, no sin pasar por una lucha. Decidir conseguir la pureza, sentir limpieza, dejar el contacto con determinados peligros.

dimarts, 24 de maig del 2011

La meva inseminació (28): Què és tenir un fill?

Recordo moments en la meva vida d’haver sentit autèntiques xorrades al voltant del tema de l’embaràs i dels fills. Recordo una persona que deia que li encantava estar embarassada perquè la deixaven seure a l’autobús. Patètic. I recordo haver fet un treball durant la carrera en una llar d’acolliment on l’assistent social m’explicava que hi havia nens que no eren escollits per alguns energúmens (suposats bon samaritans) per no ser el suficientment “monos”, amb trets per exemple d’ètnia gitana, “que no acabaven de fer el pes”, o rebutjaven emportar-se germans (tot tenint en compte que un dels objectius de l’acolliment podria ser no separar els germans), i que hi havia nens i nenes que havien estat tornats fins i tot tres vegades a la llar d’acollida perquè a les primeres de canvi d’un mal comportament eren tornats. No cal oblidar que aquestes criatures en acollida venien de llars totalment desestructurades. Alguns no van tenir ni una segona oportunitat. Una autèntica llàstima.
Una llàstima que en el món hi hagi criatures que reben maltractaments de tot tipus, que siguin abandonats, que els seus pares no se’ls estimin. I aquí no estic parlant de classes socials ni econòmiques. Hi ha persones que amb pocs recursos tiren els fills endavant. Aquí s’està parlant de voler tenir fills, de meditar què et comportarà tenir un o més fills. No s’haurien de tenir perquè toca, o per arreglar matrimonis. I qui no en vulgui, que prengui mesures. És cert que a moltes societats arreu del món la prevenció en embarassos és inexistent, les medicines, els preservatius, no arriben. Però en la nostra societat sí. Hi ha campanyes de prevenció, centres de planificació familiar, educació sexual. Però alguna cosa falla en l’educació quan una adolescent es queda embarassada perquè pensa que a ella no li passarà. Més greu em sembla que això ho pensi un adult.
Tot plegat et fa pensar i reflexionar què és tenir un fill i educar-lo. I a sobre amb la gran sort que ets dona i que estàs preparada físicament per engendrar-lo i tenir-lo dins teu. Que et pots plantejar la inseminació artificial amb semen de donant o altres tècniques de reproducció assistida perquè ets dona. De vegades em pregunto: què passaria si fos l’home qui tingués aquest sentiment, aquest desig, aquesta necessitat? Hi ha casos? Mai n’he sentit a parlar, i no ho sé. Però hi penso i, si és donés el cas, ha de ser molt dur per a un home.

dilluns, 23 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (IV)

Con todo, no es una justificación ni una defensa de estas páginas webs; pero introducirse en éstas puede ayudar a entender las personas anoréxicas. No son un cúmulo de consejos y trucos, ni páginas que quieran coger adeptos. La anorexia es una enfermedad que comporta aislamiento social. La comida está en casi todo lo que hacemos: es un acto social. Nos reunimos con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, para comer, para ir a diferentes lugares y después ir a comer alguna cosa. La persona anoréxica huye o intentar huir de estos actos; se encierra en su mundo del perfeccionismo, del ayuno, de la auto-exigencia, y se aísla. Y aquellos que tienen que cumplir con sus obligaciones, sean de estudios o laborales, o ambas, cogen el rol de lo público-lo privado. Con el rol público intentan huir tanto como pueden de los actos sociales que impliquen comer, que a la vez implican conocer más íntimamente a la persona; y cuando “hay que comer”, entonces después vienen las compensaciones (vómitos, etc.). Y aunque la anorexia no es una enfermedad estigmatizada como lo puede ser la esquizofrenia, el SIDA y otras, no es una enfermedad fácilmente reconocida por quien la padece. Se habla de “el orgullo de la anorexia”, pero este orgullo sólo es público cuando un o una anoréxico/a piensa que alguien de su entorno puede crear una especie de admiración hacia el enfermo (cosa que indica una predisposición a la enfermedad). No obstante, cuando este orgullo puede ser juzgado, pasa al ámbito privado, de la propia persona anoréxica, un orgullo relacionado con el “ser diferente”.
Aislamiento social y soledad. Cuando se ha llegado a la malnutrición, los cambios biológicos y emocionales son detectables. El rol público es difícil de hacer. Es el momento de entrada al hospital; o de vivir en el propio aislamiento, en el mundo privado creado por uno mismo, en el mundo de la percepción distorsionada, no sólo con el propio cuerpo sino en la relación del propio cuerpo con el entorno. Y desde este aislamiento se ha encontrado Internet como herramienta de comunicación desde el anonimato. Buscar la diferencia desde la diferencia. Y compartir. Saber que es una enfermedad, pero definirlo como una disciplina dura, que no cualquiera puede llevar a cabo (se habla de los “escogidos”). Crear un estilo de vida, defenderlo, e incluso tener unas figuras, unos modelos en común que ya no son persones anónimas, sino públicas: normalmente actrices o modelos reconocidas y extremadamente delgadas. De la misma manera que hacia 1900 Catalina de Siena era un modelo para adolescentes.

divendres, 20 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (III)

Y las nuevas tecnologías también hay que enmarcarlas en el entorno de la enfermedad. Mediante Internet se ha encontrado una herramienta de comunicación; a la vez que con la red los padres y el entorno del enfermo anoréxico pueden buscar ayuda, también los individuos anoréxicos encuentran un apoyo entre ellos, explicándose sus autobiografías, sus cosmovisiones, incluso dando consejos y trucos para superar analíticas médicas, para llegar a estar más delgado. Esto ha creado una gran polémica, una alarma social que ha hecho que la mayoría de páginas webs se prohibieran, sabiendo que volverán a surgir con otros nombres, en un cierto período de tiempo. En este punto, hay algunas cosas a decir: primero de todo, parece una gran hipocresía por parte de la sociedad el hecho de esta alarma y esta prohibición. Yo parto del hecho que la anorexia existiría igualmente si las modas actuales no siguieran la cultura del estar delgado, exageradamente delgado, precisamente como gran defensora de la historia. Pero lo que esta claro es que la sociedad actual es un gran apoyo de la anorexia, porque se ha llegado al punto de equiparar delgadez con éxito social: “si estás delgado, con un cuerpo magro, tienes muchos puntos para conseguir lo que quieras”. De aquí que algunos casos de anorexia empiecen por querer imitar algunas top-models, o que algunos casos se mantengan porque por parte de la sociedad están bien vistos estos cuerpos esqueléticos con que nos bombardean continuamente. Parece ser que grandes diseñadores, de los más reconocidos, han estado soñando con la anorexia (es mucho más difícil vestir las curvas naturales femeninas). La moda parece hoy en día una prolongación de la persona; hay moda en el vestir, moda en la comida, moda en los juguetes, en los dibujos de la tele. Moda y consumo van apuntando a las persones adonde van. Moda, consumo y publicidad mueven grandes cantidades de dinero. Y aquí es donde lanzo otra pregunta: si estos tipos de páginas webs crean alarma social y “se han de prohibir”, ¿porque no se prohíben también las publicidades, dibujos, juguetes, boutiques de ropa, que sólo envían el mensaje de “sólo es bello lo que es magro”?

dijous, 19 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (II)

Yendo por partes, volviendo a la historia, y señalada ya su importancia, podemos encontrar estas representaciones en diferentes contextos socio-culturales. Cuando se habla de la anorèxia santa, hay que ir más allá del ayuno relacionado con la religión, y hay que mirar como era la sociedad de la época, donde la religión tenía un gran papel, como lo puede tener la moda y todo lo que la envuelve actualmente. Pero no todas las mujeres eran religiosas por vocación, sino que también lo eran para huir de matrimonios forzosos, para huir de problemas generacionales, para castigar y auto-castigarse. ¿Cuantas anorexias actuales empiezan para llamar la atención de los padres o por desengaños amorosos?
También hay la cuestión cuerpo-alma. Muchas de las anoréxicas santas elevaban el alma a primera instancia, dándole supremacía, auto-concienciándose que con la pureza del alma y con la inteligencia había suficiente para existir, que el cuerpo sólo era el envoltorio. Hay testimonios actuales que hablan de lo mismo, y también del rechazo de la carne, al igual que en el siglo XIX rechazaban la carne las anoréxicas histéricas, por la simbología carne-sexo. Y eran llamadas anoréxicas histéricas porque entonces se creía una enfermedad femenina (del griego “histera”, útero), cosa que se demostró que no era así, que los hombres también la sufrían. Y yendo más atrás de la época victoriana, y más adelante, hasta el siglo XX, durante siglos hay testimonios de chicas ayunadoras, doncellas milagrosas, artistas del hambre; personajes que incluso vivían de cara al público de sus ayunos, del estar extremadamente delgado (como puede vivir hoy en día una modelo demacrada y, además, ser respetada y admirada socialmente).
Esto es uno de los muchos ejemplos que según la época y el marco socio-cultural, los términos, las diagnosis, las pautas, pueden cambiar, variar; pero en el fondo, no hay tantas diferencias, porque la historia son ciclos, como las modas.

dimecres, 18 de maig del 2011

Apuntes antropológicos: Cuerpo, anorexia y antropología (I)

Anorexia. Una enfermedad que se relaciona con la sociedad occidental y actual, a la cual se llega por múltiples causas, y que puede acabar en muerte. Una enfermedad que todavía hay quien la considera un “capricho de jovencita que quiere estar delgada como las modelos”.
Pero, si se está hablando de una enfermedad que implica dejar de hacer una de las necesidades humanas para vivir, comer, donde el cuerpo es el gran protagonista, sin dejar de lado la mente, y la lucha que se establece entre ambos, ¿no hace falta ir más allá de meras superficialidades?
La historia acostumbra a ser la gran aliada para explicar aquello que no se puede o que cuesta de explicar porque, mediante documentos gráficos, historia oral, ... se puede contextualizar social y culturalmente en otras épocas, así como en nuestra misma época, en diferentes culturas. Hay una gran controversia entre autores por lo que respecta a establecer los primeros casos de anorèxia, ya que algunos consideran que lo que se ha definido como “anorexia santa”, en la época medieval, donde se enmarca la figura de Catalina de Siena, no es anorexia, porque no se siguen las pautas que se han establecido actualmente, siendo una de ellas la fobia a engordarse. Lo mismo pasa cuando se estudia la anorexia en países no-occidentales. Si se llega a corroborar que es una enfermedad exclusivamente occidental se podrá llegar a hablar de un síndrome de limitación cultural (culture bound syndrome) es decir, una enfermedad propia de una cultura, que no se produce en ninguna otra. No obstante, la citada controversia lleva a la primera pregunta: no serán los criterios diagnósticos etnocéntricos?
La aportación de la antropología no ha de ser la de explicar grandes verdades, o “la verdad”; esta no es su tarea. Lo que se debe hacer es explicar: qué entorno social y cultural lleva a la enfermedad, comparar históricamente, entender e interpretar los testimonios de las personas anoréxicas. De heco, tal aportación tiene que ser interdisciplinar, porque es más enriquecedora: medicina psiquiátrica, filosofía y antropología juntas para llegar a la explicación e interpretación de las representaciones que personas anoréxicas hacen de su enfermedad.

dimarts, 17 de maig del 2011

Mi primera vez

El domingo 15 de julio de 2011 fue y será una fecha para recordar por siempre jamás: fue mi primera vez. Yo sabía que ya tenía una edad y que aún no me había estrenado, y me sentía orgullosa. El día anterior, el sábado lo pensaba... y el domingo ocurrió: me pusieron mi primera multa! Sabía que algún día tenía que pasar, y pasó de la manera más tonta; tan tonta, que aún me tiro de los pelos.
El sábado venía de Terrassa con mi hija, después de que todos nuestros planes pasaran por agua. No cuatro gotas, no... un diluvio. Llegamos a nuestro pueblo, seguía lloviendo y no fui a aparcar donde siempre, sino en una calle que no me gusta, pero que quedaba más cerca. Es zona azul, pero como al día siguiente era domingo, pues ningún problema. Fui a aparcar primero en un sitio pero, vi otro tres metros más abajo, y por una razón que desconozco, me decidí por el otro. Pues gracias a esta intuición femenina me pusieron la multa.
Al día siguiente nos íbamos fuera, vamos a buscar el coche… y no estaba, no había ningún coche: era como una abducción de coches. Y un poco más abajo, un montón de coches antiguos (algunos viejos más que antiguos): había una concentración de coches antiguos, estaba señalizado el prohibido aparcar y yo, preocupada por la lluvia y que mi hija no se mojase, ni me había fijado. Pues nada, vamos a la policía local, sin tener ni la más remota idea del procedimiento. Me sonaba que la grúa se llevaba los coches a un depósito y dejaba una pegatina en el suelo, pero yo no vi nada, y lo miré varias veces, no fuera que el cabreo me ofuscase y me encegara. En la policía me dijeron que tenía el coche en el descampado de al lado, y allí estaba al lado de otros coches que tenían una cosa en común: un papelito rosa en el parabrisas. Yo creía que las multas eran amarillas, así que pensé que si era rosa sería un aviso: “no lo vuelvas a hacer, te perdonamos”. Pero no, era una multa de 42 euros. Y el papel es rosa porque en este pueblo todo es muy rosa y muy bonito…
Pues ya estaba. Ya tenía el día estropeado, de mala leche. Porque si hubiese cometido una infracción, haber puesto en peligro a alguien… pero no, todo por una concentración de coches ruidosos. Y por culpa mía, claro, pero me da rabia reconocerlo.
Suerte que soy una ciudadana ejemplar donde las haya, al día siguiente la multa ya había sido pagada… y me han hecho descuento! Me ha costado la mitad.
Ahora mi dilema es: ¿la enmarco? ¿la escaneo y la cuelgo en mi foto de perfil de Facebook? Esa es la cuestión…

dimecres, 11 de maig del 2011

¿Madre soltera o alienígena?

El otro día leí que suprimirían el libro de familia. ¡Ya lo podrían haber hecho antes! Porque inscribir a mi hija fue toda una odisea.
Unas semanas antes que naciera (estoy hablando del año pasado, 2010, no del Pleistoceno), me acerqué al Registro Civil del pueblo donde vivo, a unos 20 ó 30 km de Barcelona (que quede muy claro que no vivo en las cavernas).
-          Buenos días.
-          Buenos días.
-          Vengo a informarme sobre qué documentación necesito para inscribir a mi hija cuando nazca.
-          Pues su DNI, y el de su marido.
-          No estoy casada.
-          Pues el de su pareja.
-          No tengo pareja.
-          (Perdiendo la paciencia) El del padre de la criatura.
-          Mi hija no tiene padre.
-          ¿Cómo que no tiene padre?
-          No, no lo tiene.
-          (Indignada) ¡Todo el mundo tiene padre! (Sentencia de la buena mujer, que conoce a todo el mundo…)
-          Mi hija no. (Y como veía que no tenía más remedio, tuve que decirlo, si no el día de parir aún estaba hablando con la buena señora) El padre de mi hija es un donante.
A ver, yo no me escondo que el padre de mi hija sea un donante, todo lo contrario, me siento muy orgullosa de haber tomado la decisión de ser madre soltera. Lo cuento a todo el mundo. Pero verme obligada a decirlo por la ignorancia de los demás, eso me fastidia.
Total, aquí empezó mi odisea. Llamadas por parte de la señora al Registro Civil de la ciudad de al lado:
-          Tengo aquí a una alienígena que se ha hecho una inseminación (bueno, lo de alienígena no lo dijo, pero me miraba como si lo fuera). Yo no tengo ni idea, nunca me he encontrado esta situación (bla, bla, bla…).
En definitiva, me piden un certificado de la clínica donde me inseminé. Llamo a la clínica y, un poco avergonzada, les expongo el caso. Me dicen que no es muy frecuente, pero que alguna vez se lo han pedido.Bueeeeeeeeeeeeeeeno, ya tengo un certificado conforme me hice una inseminación en una clínica.
Al día siguiente de salir del hospital, con cesárea incluida, me fui al registro civil del cual depende el pueblo donde vivo. Una cola larguísima, y yo no estaba para colas. Les dije que estaba recién salida del hospital, que tenía que dar el pecho a mi hija; y, gracias a que tenía un antecedente en este registro de una mujer que se había hecho una in Vitro, pudieron empezar con el trámite.
Bastantes días después, muchas llamadas y una carta perdida (apareció en otro pueblo de al lado, parece increíble, pero es verídico) que contenía el acta de conformidad, pude inscribir a mi hija en el registro del pueblo donde resido. Hasta que no hube hecho este trámite, no pude tramitar la baja por maternidad, ni hacerle el DNI a mi hija… nada de nada. Mi hija fue una “sin papeles” demasiados días.
Pero a mí me ha quedado una enorme duda: si yo no hubiera sabido quién era el padre de mi hija, si hubiera sido engendrada en una noche loca, o si me negara a reconocer a un padre, ¿cómo me las habría apañado?
Lo que sí está claro es que hubo un atentado a mi intimidad y, por consiguiente, a la de mi hija. En pleno siglo XXI!!!

dilluns, 9 de maig del 2011

Cincuentones

No me gustan las generalizaciones, ni los tópicos… Pero por algunas conversaciones que he tenido últimamente, debo hablar, mejor dicho, escribir, de algo que, aunque no nos guste, existe: el cincuentón.
El cincuentón es un individuo al cual se le ha caído el cerebro, o alguna parte de este, a un poco más abajo de su barriga o, más bien, barrigota o panzón. He llegado a esta conclusión porque cada dos o tres frases sale un “mientras funcione lo que tenga que funcionar”, “mientras se levante lo que se tiene que levantar”, etc, etc… Es un individuo con mucho palique, que se cree muy inteligente, y psicólogo, y todo lo que acabe en “-ólogo”, que se piensa que  conoce muy bien a las mujeres, aún cuando lleva toda su vida con fracasos sentimentales, entre otras cosas porque han sido infieles en cada una de sus relaciones, hijos repartidos por toda la región… No obstante, se cree muy buen padre, porque lo dice él, claro: bla, bla, bla… mis hijos… bla, bla, bla… Pero está esperando no tener a sus hijos para ir a la “caza” de alguna pobre desgraciada a la que le comerá el coco primero con el rollo de “qué solo estoy”, luego “cuánto sé” y, por último, “qué especial eres y cuanta suerte tienes de haberme conocido, a mí, al cincuentón, al mejor de todos los mejores”. No nos olvidemos que tienen muy claro cómo es cada mujer en cada década: las veinteañeras… según ellos no las quieren ni de lejos, porque se les enganchan como lapas y luego no hay manera de sacárselas de encima (yo más bien creo que darían un riñón por estar con alguna), las treintañeras no saben lo que quieren, piensan que se les pasa el arroz, etc etc (claro, teniendo en cuenta que ellos forman parte de todo lo que representa el machismo, y con las ideas de hace 100 años…); en cambio, las de cuarenta… esas sí que les gustan, saben muy bien lo que quieren y les dan lo que ellos quieren (por favor… sin comentarios). Para más inri, se atreven con el tema físico: tienen muy claro cómo les gustan los pechos, el trasero, los ojos, el pelo, el color de pelo (“aunque las rubias me están dejando de gustar…”)… pero, hombre, por favor, cómo osas meterte en lo físico, si tu cuerpo ya hace tiempo que va de capa caída, fumas tanto que pareces un cenicero andante, estás medio calvo y encima lo estropeas con cuatro pelos para un lado (como se piensan que el resto del mundo es tonto, se creen que haciendo esto disimulan su calvicie), y tus rollos lo único que hacen es de somníferos para las mujeres…
En definitiva, he llegado a la conclusión que estos personajes son unos individuos amargados, un fracaso como pareja, infieles (no saben lo que es el respeto a la mujer), llenos de complejos e inseguridades, un fracaso también como padres, infantiles e inmaduros, que la única manera de luchar contra su soledad es enfocando todas sus desgracias hacia las mujeres. Por suerte, las mujeres, de todas las edades, somos cada vez más inteligentes en detectar estos tipejos… creo que llega un momento que los “olemos”…
De todas maneras, podemos dar las gracias porque hay hombres de cincuenta años, señores de la cabeza a los pies, solteros, divorciados o viudos, altos y bajos, delgados y no tan delgados, con más o menos pelo, que son buenos maridos o exmaridos, que son buenos padres aunque no estén con sus hijos siempre y que, sobre todo, respetan a las mujeres. ¡Bravo por estos hombres, y una pedorreta para los otros!

dijous, 5 de maig del 2011

Miedo

Hace dos días pasé miedo en el tren. Estaba sumergida en la lectura cuando empecé a oír un hombre gritando. Seguí con mi lectura, pero me di cuenta que nadie contestaba a este individuo. Era un loco, un demente, un pirado… hay miles de acepciones para describirlo. Hablaba de Alá, de Obama, de lo malas que somos las mujeres, de lo que le haría a las mujeres, volvía a hablar de Alá, de esto, lo otro… Íbamos cuatro mujeres sentadas, dos enfrente de otras dos. Otros pasajeros que iban solos se cambiaron de vagón. Y este personaje nos vio el miedo. Mirábamos por la ventana, nos mirábamos las manos, el móvil… Entre nosotras no nos mirábamos, no fuera que le transmitiéramos solidaridad entre nosotras y fuera peor, porque este individuo llevaba unos periódicos y de vez en cuando daba un golpe en los asientos, supongo que disfrutaba viendo cómo cada vez que hacía esto nuestro miedo era más grande.
No puedo acabar de describir la impotencia que crea una situación así. Tuve miedo hasta de levantarme en mi estación, pero por suerte otra chica bajaba en la misma. Me supo mal por las otras dos mujeres, pero respiré tranquila, porque me llegué a imaginar que nos empujaba al salir del vagón. Cuando el tren arrancó, con la otra chica nos desfogamos, reímos nerviosamente.
¿Por qué este desgraciado nos hizo pasar miedo? ¿Por qué este desgraciado me privó de la libertad de regresar a mi casa tranquilamente? ¿Por qué casi cada día cuando salgo de la estación de tren en Barcelona veo a muchos personajes de este tipo? ¿Dónde están los recursos sociales para esta gente?
Lo que es peor es que a veces los tenemos muy cerca. Incluso en el trabajo. Un lugar de trabajo no cura. Esta gente es diferente y si no está controlada puede ser peligrosa. Crean tensiones, miedos, inestabilidad. Hay que darse cuenta que no vale cerrar los ojos y pensar que si están con gente “normal” (digo normal refiriéndome a lo que es común, personas que no tiene ninguna enfermedad mental que puede ser peligrosa, personas no agresivas, etc) van a ser uno más. No, esto es un error. Si uno tiene la gripe va al médico de familia. Si uno tiene un problema mental, tiene que ir a un especialista en enfermedades mentales. A los que no tienen recursos hay que ayudarles. Pero sobre todo, nunca cerrar los ojos e ir de buen samaritano o especialista sin serlo. Es un error grave.

dimarts, 3 de maig del 2011

Color morado

Estoy delante del espejo, pensando que, a los dieciséis años, me pintaba para salir con mis amigas: me pintaba los ojos, los labios, me ponía maquillaje para tapar el acné, colorete… Tengo que dejar de pensar en eso, porque lloro y no sirve de nada lo que estoy haciendo. Ahora tengo que ser muy cuidadosa a la hora de maquillarme. Si no, los moretones que me ha hecho J se notan mucho. A veces voy por la calle pensando: “¿Lo notarán? ¿O solo me miran porque tengo cara de cobarde, estúpida y mala madre?” Qué infierno me ha tocado vivir, pero tengo que aguantar. Por mi vida. Por mis hijos. Pero, ¿les estoy haciendo un bien? ¿Me lo hago a mí? Necesito ayuda, saldría a la calle a gritar que me ayudaran, que nos protegieran… Sé que hay ayudas, pero: ¿por dónde empiezo? ¿Y si es peor? ¿Y si no me hacen caso? ¿Y si me mata?